Las zonas más erógenas
En cuestión de sexualidad a menudo falta información, y saber qué produce o no produce placer es algo que vamos aprendiendo y descubriendo con el tiempo, la experiencia y con las parejas sexuales que tenemos. 3 Junio 2022 | Zonas erógenasSi te preguntan cuáles son las zonas más erógenas, probablemente podrás decir que son los labios, el clítoris, la parte interior de los muslos o la nuca, pero hay muchas más. De hecho, el principal órgano erógeno es la piel. Además, todos nuestros sentidos están abiertos a
experimentar placer, por ello los estímulos que recibimos a través de ellos pueden despertar el deseo sexual si los utilizamos con ese objetivo.
Las zonas erógenas se clasifican en primarias (genitales) y secundarias (otras localizadas en cualquier otra parte de nuestro cuerpo).
El perineo es una zona importante porque se encuentra el nervio pudendo, que también inerva el pene, el escroto y el ano, y transmite las sensaciones de placer que generan el orgasmo.
El prepucio es la piel fina que recubre el glande. No se tiene muy en cuenta a la hora de mantener una relación sexual, pero estimularlo suavemente puede producir placer.
El clítoris es la principal zona erógena del cuerpo. Al igual que el pene, es eréctil y tiene más terminaciones nerviosas que cualquier otra zona del cuerpo femenino. Su estimulación produce gran excitación que puede desencadenar el orgasmo. Le siguen la vulva, los labios de la boca, el cuello, los pechos, la parte interna de los muslos, la nuca y el lóbulo de la oreja.
En general, los brazos, las piernas, los pies y los tobillos no se consideran zonas erógenas, pero en algunas culturas el tobillo y el pie femenino son partes del cuerpo especialmente sensuales. Realizar un suave masaje en la planta del pie, ascendiendo por los tobillos y las piernas hasta llegar al interior de los muslos y recorrer esa parte del cuerpo con un dedo puede resultar estimulante.
La parte baja de la espalda también puede ser una zona erógena tanto para el hombre como para la mujer. Besar la nuca y descender hasta la parte lumbar puede provocar excitación sexual.
Acariciar la cabeza resulta placentero y relajante porque ayuda a liberar tensiones. Por ello, es recomendable hacerlo tanto al inicio como al final de una relación sexual.
Autor
Eva Sánchez
Asesora en educación sexual y salud integral de la mujer, comunicadora social y periodista con más de 10 años de experiencia en periodismo y webs médicas especializadas. Una de mis especialidades es escribir contenido médico de alto valor para nuestros lectores.
Creación: 3 Junio 2022 Actualización: 6 Agosto 2024