Punto P

¿Qué es el punto P?

El punto P es una zona erógena, es decir, una zona que favorece la excitación sexual. La estimulación del punto G masculino necesita cuidados ya que se encuentran en una zona sensible y debe ser masajeada de forma suave para evitar riesgo de infecciones o de desgarros. Debes saber que el punto P es su glándula prostática, es también la glándula encargada de producir la mayoría de semen.

También hay otros puntos erógenos del hombre a parte del punto P o también llamado punto G masculino:

• Punto F: debajo del pene está el frenillo que es una línea estrecha de piel que potencia el placer. Hay posturas ideales para lograr la máxima fricción; o bien, durante el sexo oral.

• Punto W: moviendo el dedo en zigzag por su pecho.
• Punto O: frotar el cóccix o coxis de un hombre desata su energía sexual. El espacio en forma de O que está en la base de la columna está lleno de nervios que están conectados al pene.
• Punto C: la oreja está llena de terminaciones nerviosas.
• Punto X: el pliegue donde está cada glúteo que se une con el muslo, más el pliegue del interior de sus muslos, forman una X. Esta zona es muy excitante porque abarca la zona del ano, el perineo y los testículos, sin tocarlos de forma directa.
• Punto 8: se colocan los dedos debajo de su pene, donde este se une con su escroto y se dibuja un anillo con el dedo alrededor de la base de su pene; luego forma otro aro alrededor de su escroto.
• Punto R: la fina costura de piel que cubre de arriba a abajo por el centro del escroto, está repleta de terminaciones nerviosas.

¿Dónde está el punto P?

El punto P está dentro del recto, a unos 5 cm del ano y en la pared que da hacia el frente, hacia la vejiga. Se puede acceder a la próstata por medio del ano, introduciendo un dedo. Traspasado el esfínter anal, se llega al recto. A unos 4 - 5cm de profundidad, en su pared anterior (la que mira al pene) se encuentra un abultamiento como de 1cm de espesor: es la próstata, el Punto P.

¿Quién goza más, el hombre o la mujer?

El disfrute no tiene nada que ver con el género al que se pertenezca, sino con las características personales de cada amante; hay mujeres que gozan mucho y hombres que también lo hacen, y lo mismo ocurre al revés.