Parto humanizado y violencia obstétrica

Recomendaciones para un parto humanizado y evitar el polo opuesto, la violencia obstétrica

10 Diciembre 2015 | Educación sexual

Un parto humanizado es aquel en que la mujer decide, recibe información y es consultada en todo momento del proceso. Está acompañada por las personas que ella desea, adopta las posturas que libremente le convienen y no es sometida a intervenciones o medicalización por conveniencia ajena. Se respetan sus derechos de intimidad, integridad y autonomía.

Conviene diferenciarlo del parto natural, que la OMS asimila como el parto eutócico, el 

que todo se desarrolla según los procesos fisiológicos naturales con respeto a los ritmos propios de cada embarazada, sin intervenciones quirúrgicas innecesarias. Normalmente concluye con un parto vaginal (aunque no siempre un parto vaginal es sinónimo de parto humanizado).

También se ha acuñado la expresión “parto normal” para referirse a aquel “con el que la mujer finaliza su gestación a término, en el que están implicados factores psicológicos y socioculturales; su inicio es espontáneo, se desarrolla y termina sin complicaciones, culmina con el nacimiento y no implica más intervención que el apoyo integral y respetuoso del mismo" (Federación de Asociaciones de Matronas de España). Cada parto es único y las mujeres diversas, por eso también se habla de parto respetado aunque se hayan usado métodos “poco naturales” (epidural, cesárea, etc.) si era lo que realmente la futura madre deseaba.

La OMS ha elaborado una serie de recomendaciones para humanizar el trabajo del parto. A continuación resumimos las cuestiones que suelen ser menos respetadas:

La recomendación general es informarse previamente sobre todas las cuestiones referentes al embarazo, parto  y post-parto y tener en cuenta todas las cuestiones relativas al lugar donde se acudirá (o si se prefiere realizar en casa), el acompañamiento (familiares, tipo de profesionales, etc.), el método, las posturas, medicación o no, etc., para elaborar un protocolo. Si se acude a un centro médico es el derecho de la mujer exigir su cumplimiento.  En este caso conviene asegurarse de que el equipo de profesionales tiene la formación ginecológica y la sensibilidad adecuada para respetarlo. Y por supuesto, que dispone de las instalaciones y el tiempo necesario que el trabajo del parto merece,  sin recurrir a prácticas deshumanizadas para acelerarlo.

Si cualquiera de estos requisitos no se cumple, estaríamos hablando de violencia obstétrica. Según DonaLlum, la Asociación catalana por un parto respetado: “Se puede entender por violencia obstétrica el trato deshumanizador, el abuso de la medicalización y la patologización de los procesos fisiológicos del parto que trae consigo la pérdida de autonomía y de la capacidad de decisión de parte de las mujeres durante su embarazo y parto".

También conocida como violencia obstetricia, consiste en el trato despectivo o paternalista sobre el cuerpo femenino. Puede ser la falta de información, el abuso de medicación (epidural, anestesia, oxitocina) o de intervenciones médicas no justificadas (cesáreas, episiotomías, fórceps); la separación del neonato, el incumplimiento del protocolo, el abuso psicológico, físico o emocional mediante burlas e imposiciones; dificultar o imponer la lactancia e incluso la no atención de emergencias obstétricas.

Según afirmó la OMS el 30 de septiembre de 2014: “La violencia obstétrica es hoy día un grave problema global de salud pública, que pone en riesgo el bienestar biopsicosocial de madres y bebés”. Se trata de un tipo de violencia de género, ya que se apropia del cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres y su consecuencia es la pérdida de autonomía y capacidad de decidir sobre los derechos sexuales y reproductivos. En España este tipo de violencia vulnera varios derechos reconocidos en nuestra Constitución: la integridad física y moral (artículo 15), la libertad personal (artículo 17) y la intimidad (artículo 18).

 

Autor

Delia Sánchez

Delia Sánchez

Comunicadora social y periodista con más de 15 años de experiencia en periodismo y webs médicas especializadas. Una de mis especialidades es escribir contenido médico de alto valor para nuestros lectores.

Creación: 10 Diciembre 2015 Actualización: 13 Agosto 2024