Falta de deseo sexual
La falta de deseo sexual puede responder a diferentes motivos, sin que siempre se deban a alguna de las disfunciones sexuales nombradas en otras categorías.
¿Qué es la falta de deseo sexual?
La falta de deseo sexual es un bajo nivel de interés sexual que se manifiesta cuando resulta difícil iniciar o responder a la actividad sexual ante los estímulos que solían provocar tu deseo. Se diferencia de la anorgasmia en que, a diferencia de esta, las mujeres con falta de deseo sexual ni siquiera pueden sentir excitación en la fase previa del ciclo de respuesta sexual.
En estos casos lo primero que cabe preguntarse es si la falta de deseo es real o simplemente se trata de un ritmo sexual diferente al de nuestra pareja. No todas las personas desean tener relaciones sexuales el mismo número de veces. La falta de deseo o el bajo deseo se convierte en trastorno cuando la persona lo vive de forma angustiante.
¿Qué tipos de falta de deseo sexual?
- Primario: cuando ha ocurrido durante toda la vida. Es poco habitual. Se asocia con la asexualidad. La mujer no ha tenido ninguna práctica sexual, ni siquiera de masturbación.
- Secundario: el deseo se pierde en un momento dado de la vida sexual.
- Global: la mujer pierde el deseo por completo, tanto las fantasías como las prácticas, independientemente de las circunstancias y las parejas sexuales.
- Selectiva: el deseo se pierde con determinadas prácticas o parejas.
¿Qué causa la falta de deseo sexual?
- Causas físicas: depresiones, el estrés y el consumo de ciertos fármacos. Algunos ansiolíticos en dosis elevadas pueden producir este efecto. También influyen el tabaquismo, el alcoholismo, la diabetes y la obesidad.
- Causas psicosociales: en el caso de las mujeres, es el factor más frecuente, si bien no se manifiesta conscientemente. El rol de género suele provocar estrés por la sobrecarga de tareas y un mayor miedo a liberarse en el terreno sexual, a perder el control. A menudo existe una preocupación excesiva por complacer. En otras ocasiones se reviven experiencias sexuales del pasado, o una educación sexual con normas morales prohibitivas. Todo ello provoca miedo a la intimidad y a la entrega.
¿La falta de deseo sexual se puede solucionar?
Si, se puede acudir a un sexólogo y si existen causas fisiológicas, este profesional puede derivarte al médico. Si el origen es psicológico, se debe iniciar una terapia con el propio sexólogo.